martes, 26 de marzo de 2013

Martha

Martha está dentro de los cánones de belleza estereotipados por la sociedad, es  alta para el promedio de mujeres de su ciudad, tiene cuerpo estilizado, delgada y tonificada sin hacer ejercicio gracias a la herencia genética de su madre, tiene una cara perfecta y ovalada, unos ojos negros que contrastan con un cutis de porcelana blanquísimo, en medio una nariz respingada que parecería fue dibujada con pincel, debajo una boca que suele ser rosa cuando está tranquila y se torna rojo fuego si las emociones la invaden, toda esta belleza enmarcada por un cabello precioso negro y lacio hasta media espalda. Pero ella no se siente hermosa, no conoce ese sentimiento.

Lleva algunos días fastidiada con un dolor de cabeza que cada día se pone peor, si tose es imposible de aguantar y empeora en la mañana, su visión está fallando y tiene problemas con las piernas que están muy débiles a ratos, eso la tiene de muy mal humor, su memoria es cada vez más frágil; asume que es el estrés, ese agotamiento mental y emocional que tiene desde que sospecha que Carlos le miente, esas llamadas intempestivas buscando encuentros furtivos ya perdieron su encanto y se están tornado muy sospechosas para Martha, sumado a que a ciertas horas su teléfono está siempre apagado, en fin, ya lo conversarán. En su trabajo muy aburrida, la monotonía la está matando, no cree en Dios ni en los Santos, cree que vino por alguna razón a este mundo, pero no logra descubrirla, quiere ser feliz, pero no sabe cómo.

Ya es martes, está en el hotel de siempre, la habitación acostumbrada, el  encuentro de la semana, los mismos besos, el mismo polvo, algo está matando esta relación y lo puede sentir, Carlos se levanta al baño y ella ansiosa empieza a revisar sus cosas, mientras lo hace, encuentra lo que tanto temía, una prueba de lo evidente para todos y que ella nunca quiso aceptar, ahora todo encaja, todo tiene sentido, Carlos está casado, tiene hijos, en ese bolsillo estaba el pago de los tickets de avión para el paseo familiar el mes siguiente, ese es el viaje de trabajo del que le venía advirtiendo. Nada que hacer, se traga la humillación, se viste temblorosa, una vez más las piernas fallan, tiene un dolor de cabeza muy fuerte, camina despacio hasta el baño, toca la puerta y por debajo de la puerta desliza la factura de los tickets, sale de la habitación intentando al cerrar esa puerta, cerrar esa historia.

Apenas sale del hotel rompe a llorar, no puede evitarlo, cruza torpemente la calle, está mareada de tanto dolor y decepción, su visión cada vez es peor, recuerda esa cita pendiente con el oftalmólogo, recuerda también las veces que sus amigos le advirtieron que hacía el papel de amante, que ese estar siempre "ocupado" era un cuento, que todo ese halo de misterio que Carlos quería ponerle a la relación, no tenía que ver con un cuento romántico, sino con un estafador emocional profesional, la decepción le ha destrozado el corazón y las piernas le siguen temblando y siente rabia de verse tan débil físicamente. Decide luego llamar al doctor por esos exámenes que se hizo hace unas semanas cansada de tantos dolores y está consciente que no tiene edad para tantas dolencias, para sus treinta y pocos está demasiado adolorida y esa cefalea que no se va.

Cerró la puerta al dolor, no cree en las casualidades porque todo sucede por alguna razón; Llega a su departamento y sabe que nadie la espera, nadie está ahí para ella, nadie la va a consolar, nadie le preguntará cómo se siente y nadie le dará ese abrazo que tanto necesita, rompe nuevamente a llorar y de repente sucede.. Estaba justamente envuelta en toallitas de papel que recogían sus lágrimas interminables, pensando que su vida era miserable por no estar junto a él, sintiendo que no valía como mujer, destruyendo su autoestima con comparaciones de autovejación y culpa hasta que escuchó el teléfono, contestó y del otro lado una voz: -"señorita García, los resultados de sus exámenes están listos, venga a hablar con el doctor para que le explique bien.." -no entiendo.. qué tengo? -"le repito, venga mejor para que el doctor le explique, todavía puede tener una buena calidad de vida.." - TODAVIA!!??.. necesito que me diga que tengo, se lo suplico. -"metástasis, tumores malignos en el cerebro, lo siento.".. No escuchó más, el teléfono cayó de su mano, se quedó en blanco no recuerda nada sólo breves imágenes como flashbacks de su vida.

¿Cuánto le queda de vida? ¿Va a doler hasta que llegue el final? y pensar que hasta hace poco lloraba por un estúpido que jugó con sus sentimientos mientras ahora la vida se le escapa, cada segundo que respira es un momento menos, no irá al doctor, no quiere saber más de lo mismo, ya sabe lo necesario. ¿Ahora? eso es lo que importa, no es dueña de sus minutos de vida, entonces debe ser feliz, no puede desperdiciar ni un sólo minuto pensando en quién no la quiso, debe disfrutar cada segundo, empezar de cero, redescubrir la vida y el mundo que la rodea para cuando la muerte pase por ella sentir que realmente ha vivido, pues en este minuto siente que su vida ha sido una pérdida de tiempo, llena de trabajos que no la hicieron feliz, que fueron sólo para pagar las cuentas, nunca estudió lo que quiso y nunca se ha sentido amada, no tiene el valor para seguir, su cabeza da muchas vueltas, tiene tantas ganas de vivir pero no hay tiempo.

El dolor la aterra, no va a soportarlo, busca en su baño el frasco de Ketamina, ha estado con depresiones importantes últimamente aunque realmente, nunca aprendió a manejar el estrés que le produce estar en público, peor en medio de sus pares, siempre sintió el rechazo social y decidió que no quería encajar, usaba faldas largas cuando estaban de moda las cortas, era samba cuando la moda eran las lacias, tuvo el cabello de diferentes colores tan radicales como el estridente rojo punk hasta el aceptable rubio ceniza. Ahora volverá a rebelarse, volverá a hacer lo que nadie espera de ella y toma un vaso de agua: viene una, dos, tres de golpe, unas cuantas más, en fin, todo el frasco de pastillas, quiere dormir para siempre porque nadie notará su ausencia, quiere bailar entre las nubes con vestidos de princesa como cuando era una niña.

Empiezan los mareos, la cefalea es insoportable, siente que su cabeza va a estallar, todo da vueltas y siente unas horribles ganas de vomitar, no puede y no quiere, tratando de sostenerse busca su cama, va echando todo al piso sin querer, ve su cajita de música con la bailarina de porcelana regalo de su abuelo, caer destrozada en mil pedazos, su cabeza gira tan fuerte, cuántas imágenes regresan, ahí está con su mejor amiga, esa flaca que siempre llevaba un cepillo para peinarse en el recreo, ¿dónde estará ahora? ¿por qué dejaron de hablarse? le gustaría tanto tener a quién llamar en este momento, el viaje va a empezar y siente miedo, se arrepiente y trata de ir al baño para vomitar en un intento por regresar el tiempo y sus acciones, pero es tarde, no logra ver bien, sus pupilas están muy dilatadas y el mareo es insoportable.

A gatas y con mucha dificultad llega a su cama, se desploma sobre ella casi sin acomodarse, cierra los ojos y empieza a soñar, el viaje empezó...








jueves, 21 de marzo de 2013

Madre e Hija

Parada en el marco de la puerta Madre la mira y admira, es una pequeña mujer en construcción, creciendo cada día, alejándose de la niñez. Madre escucha atenta, Hija acaba de inventar un cuento, le comenta de sus personajes llenos de magia, hermosas princesas con bellos trajes y sus ojos llenos de ilusión no dejan de brillar, quiere ser una escritora famosa aunque puede ser una bailarina también, lo que tiene claro es que será una artista, así lo dice y Madre sonríe, se emociona y le dice que así será, que ella va a lograr todo lo que se proponga. Hija ha heredado mucho de ella, sin embargo es única e irrepetible.

Hija es hermosa, es una versión mejorada de Madre, unos ojos alegres y verdosos, un cabello castaño con hilos de oro que brillan bajo el sol, dos hoyuelos que se notan cada vez que sonríe y lo hace muy a menudo, unos dientes pequeños, otros grandes, unos que están por crecer y otros por caer, se emociona porque cada diente que cae es un peldaño más hacia la vida adulta que tanto espera.      

Madre la ama infinitamente, recuerda las veces que rezó, lloró y maldijo porque no llegaba Hija y empezaba a perder la fe; Hija se hizo esperar, una noche mientras madre revisaba algo que había caído en la basura, casi descuidada, logró ver esa prueba de embarazo hecha en la mañana y al revisarla, los resultados habían cambiado: Hija venía en camino!!!

Fueron hermosos meses llenos de ilusión, todavía Madre recuerda la primera vez que se vieron, lloraron y gritaron las dos, estaban juntas luego de tanta espera, todos estos años pasando y Madre la mira ahora, tan pequeña todavía, llena de ilusiones, sonriente, es imposible no amarla, Hija tiene un ángel que hace que todos regresen a verla y la adoren apenas empieza a gesticular mientras habla, dueña de una risa contagiosa y un temperamento temerario, heredó lo radical y extremista de su madre, pero es mejor, ella es mucho mejor.

Madre quiere parar el tiempo, quiere que Hija siempre sea como en este momento, suya, totalmente suya, sabe que debe formarla para que pueda volar y no quiere, siente que son ellas contra el mundo, han creado un mundo lleno de complicidad, de risas, de miradas sin palabras, con explosiones de enojo y luego lluvia de abrazos, lágrimas y miles de te amo; No quiere que las cosas cambien, pero el tiempo se encargará que Hija empiece a volar sola, pero hasta que llegue ese día Madre sigue atenta a las historias, los cuentos y novelas creadas por Hija, sigue sonriendo y la abraza mucho para cerrar su historia.


viernes, 15 de marzo de 2013

La Bailarina

Ella baila, gira sobre la punta de sus pies, recuerda su época de bailarina, gira y vuelve a girar, agita sus brazos delgados, blanquísimos y largos mientras arquea su espalda para atrás, su pelirrojo y ensortijado pelo casi toca el piso. Se siente libre en esa sala llena de paredes de vidrio y espejos, desde dónde puede ver su hermoso jardín lleno de flores plantadas por ella misma, sus colores la llenan de alegría, el contacto con ese pedazo de naturaleza la hace feliz.

Sigue bailando, se mueve lento, la música la lleva, descalza, con un vestido blanco y corto de ballet que rescató del baúl de los recuerdos, como mucho de lo que está viviendo en este momento. Mientras baila va girando sobre su propio eje y su mente gira también, todas las imágenes regresan a ella, se plantea qué pudo haber pasado si él se hubiera quedado y hubiera aceptado su propuesta, sigue bailando; eran felices, caminaban tomados de la mano en las tardes de lluvia, en las noches estrelladas y a pleno día por el centro de la ciudad. ¿Eran realmente felices o solamente vivían el momento? una pregunta más que no tiene respuesta.

Sigue girando, se deja llevar por la música, mueve sus manos en movimientos de un ballet clásico ya deteriorado por el paso del tiempo, mantiene la armonía en sus movimientos, hace un fouetté perfecto y sigue bailando, los recuerdos del pasado han regresado con mucha fuerza y no quiere derrumbarse, tiene que seguir pensando que todo está bien así y baila con más fuerza, cree en el libre albedrío, libertad de acción, si él decidió alejarse cuando ella le suplicaba que no la abandone, entonces no vale la pena intentarlo ahora que quiere regresar.

Empieza con fuerza un Grand Jeté en Tournad todo gira muy rápido en su cabeza, si todo está bien ¿por qué lo sigue extrañando tanto? ¿por qué sigue justificando lo injustificafle? ¿por qué sigue tratando de comprender algo que siempre fue obvio? ¿por qué le sigue doliendo?

Sigue bailando, la música termina y ella no sabe qué va a hacer cuando despierte de esta emoción llena de ansiedad, amargura y alegría desde que lo volvió a ver y él le dijo: intentemos otra vez, aquí estoy.



 





miércoles, 13 de marzo de 2013

Causalidades

El día que ella lo conoció fue memorable, su cara y su forma peculiar de andar quedaron grabadas para siempre, lo recuerda todo vestido de blanco, hermoso, altivo y distante, caminando como si el mundo fuera suyo, una seguridad que nunca ha vuelto a ver en nadie más. En ese primer encuentro, él prácticamente la ignoró, no hubo más que un cortés saludo y unas pocas palabras; pasaron los años y volvieron a verse, siempre como amigos, siempre su protector, esta vez ya no eran adolescentes pero sus vidas estaban ocupadas en personas incorrectas que ninguno quiso abandonar, no era el momento y volvieron a separarse; nuevamente el tiempo hizo su trabajo y  volvió a reunirlos pero siempre como amigos, muchas risas, un encuentro agradable recordando el pasado pero nada trascendental, ya son adultos pero todavía no era el momento tal vez, por eso, una vez más el tiempo y las causalidades vuelve a separarlos hasta llegar al tiempo actual.

La vida y sus circunstancias, las causalidades, la llevaron nuevamente a él sin buscarlo, pero algo había cambiado, esta vez iba a ser distinto, apenas divisó sus ojos en medio de la gente sintió que no podría dejar de verlos nunca más. Y los suyos la vieron de una forma distinta, existía amistad todavía, pero el destino les tenía preparado algo más. Las casualidades no existen.

Ella se acercó, charlaron tanto que sentían que el tiempo no existía, tan pocos encuentros en el pasado y tantas cosas sucedidas en esos tiempos, todos los giros en sus vidas: matrimonios, separaciones, hijos, problemas y aspiraciones, tanto que conversar que entre risas quedaron en un próximo encuentro para continuar la charla.

Pudo quedar en nada, en una vuelta más del destino, igual a las anteriores, pero repito, esta vez era diferente, ella buscó ese siguiente encuentro y él apareció; siempre recordará verlo entrar al lugar donde lo esperaba, sus ojos buscándola y los de ella esperándolo, pudo darse cuenta que no había abandonado ese andar característico que tanto la impresionó la primera vez que lo vio, cuando tal vez él ni notó su presencia. Ahora está muy consciente de su presencia y está feliz de verla.

Hablaron tanto, abrieron sus almas y entraron, empezaron a conocer poco a poco su interior y descubrieron el del otro, fue un aprendizaje absoluto, un viaje indescriptible a su esencia libre de máscaras y de corazas fabricadas para los demás. El entró en ella y ella en él, se mezclaron y se convirtieron en uno.

Adoptaron la música como idioma, crearon un mundo en el que sólo están ellos con sus códigos, un lenguaje que nadie entiende con sus reglas sin reglas, sus límites sin límites, viviendo intensamente. Las causalidades que los juntaron son las mismas que los mantendrán unidos, este es el momento, por eso no sucedió antes, porque necesitaban pasar por todas las experiencias que acumularon en estos años, para ahora, ya en la tarde de sus vidas, poder apreciar y entender lo que tienen, porque el día se fue y la noche vendrá pronto.






Carmela

Carmela es hija del mar, nació a sus orillas y lo lleva en las venas, por eso mientras lo mira y admira, encuentra paz, cada ola trae una historia de su vida, cada espuma un final, sus matices y su fuerza, todo es reflejo de su personalidad.

Recuerda vagamente la primera vez que lo vio imponente, infinito y majestuoso, era muy pequeña, apenas caminaba, su mundo era muy pequeño y de repente lo tuvo frente a ella, sus ojos no podían creerlo, su boca se abrió sorprendida lanzando una exclamación de sorpresa y admiración, ahí empezó este amor que  ha crecido con los años, ahora que es una mujer con cuatro décadas y un poco más encima, mantienen una conexión especial, es ella y él, son uno.

El mar ha sido testigo de muchas risas infantiles, compañero fiel escuchando los reclamos al viento durante la adolescencia, confidente de tantas lágrimas como olas, cómplice en su llegada a la adultez y ahora juega con sus hijos, los ama porque la ama; El paso del tiempo se nota claramente en su cuerpo, que aunque sigue delgado va perdiendo la firmeza de los primeros años, su cara tiene rasgos fuertes, pómulos pronunciados y una mirada intensa, a través de esos ojos negros enormes ahora bordeados por arrugas, pero su espíritu sigue intacto, su pasión por la vida y por encontrar siempre lo positivo de cada situación, se mantiene.


Carmela es un mar tormentoso, rebelde frente a lo impuesto por cualquiera que no sea ella, va contra corriente, tuvo los hijos que quiso con aquellos hombres que amó, pero nunca lo suficiente como para envejecer junto a ellos, la música la envuelve, la pintura es su desfogue natural, lee mucho porque le gusta vivir una vida diferente cada día, encuentra calma en una tarde de agosto, sentada en la arena, su pelo sambo y largo moviéndose al ritmo que el viento toca, Carmela ríe con fuerza porque ya lloró con desconsuelo. 

Tiene la idea fija que morirá pronto ergo vive cada día sin arrepentirse de lo que dice, porque dice lo que piensa, aunque muchas veces no piensa lo que dice; no cuenta con un mañana, su ancla es el mar, en él encuentra la energía para seguir ese ritmo de vida sin norte, viviendo por vivir, haciendo por hacer, un día a la vez.

jueves, 7 de marzo de 2013

Mujeres

Mujeres, las hay rubias blanquísimas con ojos como cielo, morenas prietas con un pelo rizado que vuela al viento, morenas que quieren ser rubias y blancas que quieren ser morenas, hay mujeres altas y espigadas, altas desgarbadas, bajitas y sonrientes, patuchas y regordetas, gordas, flacas, altas, bajitas, esto en cuanto a lo físico, por dentro es mucho más complejo, hay mujeres despiadadas en el trabajo pero sumisas en su hogar, las hay malvadas, exhibicionistas, mojigatas, dulces, enamoradas del amor, amargadas, enamoradas de imposibles y decepcionadas del amor.

Hay mujeres que nacieron con la orfandad de padre, teniendo que convertirse en hermanas-madres de su familia, no estudiaron porque el trabajo es el que paga las cuentas y los colegios de los más pequeños.

Hay mujeres que soportan las infidelidades públicas, gracias a sus infidelidades en privado; esas que tienen un esposo guapo y exitoso, que las llevan a todos los eventos sociales, se toman las fotos con ellas, pero también están al tanto de sus amantes fijas y variantes, deciden callar y seguir con esa vida, porque ellas también tienen sus aventuras en cada viaje de trabajo y disfrutan el papel de víctimas abnegadas, puntal de fortaleza para los ingenuos y mujeriegos esposos que las miran con tristeza y admiración imaginando que ellas sufren en silencio guardando la compostura correspondiente.

Hay mujeres que nacieron teniendo todo lo que cualquiera niña sueña para su vida adulta, una casa gigante con miles de habitaciones, piscina y vista al río, sienten que su mundo es perfecto porque los viajes y el lujo son sus compañeros diarios; esas mujeres que se casaron con el chico más guapo de la universidad quien ahora tiene el mejor puesto en el banco más prestigioso de la ciudad donde viven, está enamorado de ella, le es absolutamente fiel, sus hijos son rubios y tiene "la parejita", esas que a pesar de subir mil libras durante el embarazo, no tienen celulitis y nunca pisan un gimnasio.

Hay mujeres cansadas de vivir, decepcionadas de las promesas de amor que nunca les cumplieron, cansadas de llorar todas las noches esperando esa llamada del hijo que partió a otro país buscando trabajo y nunca más se acordó de escribir o llamarlas, esas que están convencidas que no nacieron para ser felices.

Hay mujeres que no se rinden, que abandonaron la vida de la forma cómoda que conocían y se lanzaron al mundo, convencidas de su valor y aunque llenas de temor a ratos, van superando cada obstáculo queriendo ser un referente de fortaleza para su descendencia.

Hay mujeres atrapadas en una sociedad que no está lista para ellas, aquellas que se sienten atrapadas en el cuerpo equivocado, enamoradas de su mismo género, sufriendo prejuicios y luchando por su derechos, saliendo a batallar todos los días para que el mundo se parezca un poco a lo que ellas quisieran.

Hay mujeres que llegan para quedarse, no tienen que ser hermosas, ni siquiera guapas, pero tienen claro sus objetivos, son de carácter fuerte, no se alienan, mujeres perseverantes, su personalidad llama la atención en el lugar donde están, aquellas, que las mujeres quieren como amigas y todos los hombres están enamorados.

Hay mujeres cuya maternidad las realiza, sus besos curan las heridas de los hijos pequeños, sus abrazos ayudan a superar las decepciones de la vida cuando llegan las hijas adolescentes contando mal de amores y sus palabras nos recuerdan el valor que tenemos cuando de adultos recurrimos a ellas buscando consuelo.

Hay mujeres dulces, alegres, amargadas, tristes, decepcionadas, ilusionadas, que aman demasiado o que se les acabó el amor. Están en todas partes, lo importante es que cuando las conoces, nunca la olvidas.

Juntos

Extraño la época en que solíamos ver las estrellas, salir a la calle sin tiempo de regreso, esa época en la que parecía que vivíamos para reír, escuchar música y ser felices. Cuando dormíamos tomados de la mano y todo estaba bien, no había pasado, sólo futuro.

¿Qué pasó? ¿Dónde nos perdimos? ¿Cuándo empezamos a caminar por distintos caminos? todavía me veo en tus ojos y los míos aún tienen tus huellas. No quiero cambiar el pasado, porque gracias a todo lo vivido estoy aquí pensando en nosotros, en retomar lo que dejamos, pero no donde lo dejamos sino desde ahora, volver a conocernos. ¿Qué te gusta ahora? ¿El azul sigue siendo tu color favorito? 

No creo en las casualidades, todo pasa por una causa, si estamos aquí todavía es por algo, nada está perdido, todavía hay futuro porque los sentimientos no han muerto y eso lo tenemos claro.

No será fácil, la verdad no sé si podamos lograrlo, he perdido la tolerancia y tu la confianza, es una mezcla complicada pero aquí vamos, sin decirnos nada, sólo viviendo, avanzando en silencio, dándonos la mano todavía, buscándonos con los ojos en medio de la gente y sonriendo al encontrarnos.

Los espacios se vuelven insoportables sin ti, todo es un lugar vacío y oscuro si no estás ahí para compartir conmigo el día a día, mis sueños se apagan si no tengo tu entusiasmo, ese apoyo que me empuja a seguir y no rendirme.

Somos un equipo, me diste alas para que vuele y yo siempre he sido tu fortaleza apoyándote en cada nueva aventura, hemos peleado batallas difíciles, saliendo muy lastimados, pero juntos hemos curado nuestras heridas y aquí estamos.


Aquí vamos..







miércoles, 6 de marzo de 2013

Palabras

Siempre será más fácil soltar palabras al viento, él tiene la facilidad de adivinar qué es lo que ella quiere escuchar, la conoce perfectamente, ella lo ama más de lo que él merece, sabe que él no le corresponde y nunca lo hará, está consciente que le cree todo, aunque él miente y lo sabe, pero no lo acepta, prefiere creerle. 

El poder de las palabras, el poder de una frase correcta en el momento justo, aunque no sea cierta puede ayudar tanto, lo importante siempre es tener claro el objetivo. Van rápido, el mundo está girando, no pueden quedarse fuera, él no tiene nada que perder y no se va a detener a pensar en ella. Nunca le prometió nada, se ha cuidado siempre de vigilar las palabras para que nadie pueda reclamar, está tranquilo, en su fuero interno cree que no ha hecho nada malo.

El quiere todo, doble o nada, el final puede ser la soledad o llegar a su meta, no lo sabrá hasta que pase lo que tenga que pasar, el camino no ha sido fácil pero ha valido la pena, ha dejado personas de lado aunque nunca nadie lo ha dejado, dos palabras y un adiós siempre le sirvieron. No es fácil, pero sabe que si se detiene a escuchar le tocaría detenerse y no tiene tiempo que perder.

Se consume todos los días, a veces le gustaría que todo fuera distinto, volver en el tiempo, cambiar situaciones, personajes y diálogos pero.. siempre hay un buen pero, un pero que hace que siga con las cosas de la manera que están y que no haya opción a cambio. Los obstáculos y límites son impuestos por nosotros mismos, pero, pero, pero, sus ambiciones tienen un precio muy alto que deberá pagar, aún si luego se arrepiente.

Y vuelve a ella, le da pena, quisiera corresponderle, pero no puede, le pide disculpas por todo lo que va a sufrir, le gustaría que no pase por eso, pero no puede darle lo que quiere, nunca podrá y ella lo intuye, lo conoce, lee sus palabras en el viento y escucha sus ojos, sabe que el fin se acerca, se cierra el círculo, pero no quiere irse y él no la despedirá hasta que sea inevitable, quiere disfrutarla un rato más, le gusta su sonrisa, lo hace sentir bien, a pesar de que no es suficiente para permanecer juntos.

El poder de las palabras y su repercusión, el silencio será su acompañante y la soledad la de ella, siguen girando, el mundo está dando la vuelta y no pueden caerse, deben adaptarse juntos o por separado, no pueden perder. Es su oportunidad de seguir, puede ayudarla a que siga también, pero nunca contará con su compañía al final, ella sabe que él está sin estar.


martes, 5 de marzo de 2013

Carta a mi hijo

Llegaste!!!

No lo podía creer, eras más hermoso de lo que te imaginé, un pelo negro perfectamente peinado, unos ojos reflejos de los míos, tan pequeño que tu cabeza cabía en mi mano, me miraste y me enamoré.

Estuve tantos meses esperándote, caramba cuánto espere ese momento, cambiaste mi vida, ¿lo sabías? Tenía otros planes para mi cuando me llegó la notificación que venías en camino.

Te cuento, estaba estudiando, trabajaba y me iba bastante bien en lo que hacía, creía que era feliz y que el mundo giraba de la forma que yo quería, vamos, de cierta manera era así. Realmente sólo creía que era feliz, porque sólo lo fui realmente una vez que llegaste a mi vida.

Tuve todos los sentimientos imaginables, pasaba de la ilusión al temor, de la alegría absoluta a la preocupación infinita, ya me conoces, extremista y aprensiva. Temía no ser perfecta para ti, ahora sé que no soy perfecta, pero somos perfectos el uno para el otro, porque te amo y ese amor guía mis decisiones.

Quiero que seas feliz, no me importa lo que hagas, lo que eligas en tu vida, sólo quiero que sonrías todo el tiempo, que tus ojos brillen de ilusión al hablarme de lo que haces. Quiero que tu corazón lata con fuerza cuando inicies un proyecto y tu pecho se hinche de orgullo al verlo llegar a término.

Te prometo siempre estar cerca, nunca tanto para intimidarte o limitarte pero lo suficiente por si necesitas un abrazo, te prometo también, rezar por ti todos los días mientras tenga vida, estás prestado y no sabes cuánto me costó aceptar eso para poder dejarte volar.

Tu alegría siempre será mi alegría y tu tristeza romperá mi corazón mil veces aunque nunca lo notes, porque en mi sólo encontrarás fortaleza y el empujón para que puedas seguir. Puedo ser muy dura a ratos, pero si logras ver detrás de mis ojos, notarás cómo me derrito si me sonríes.

Extraño cada minuto que no estás cerca de mi, pero entiendo que estás creciendo y que así es la vida.

Quisiera regresar el tiempo y volver a tenerte en mis brazos, como esa tarde de domingo cuando saltando todas las normas de seguridad, te llevé pegado a mi pecho todo el camino a casa al salir de la clínica, mis latidos te arrullaron y tu calor me dio la certeza que todo estaba bien, que nuestra aventura recién empezaba.

Te amo hijo.

Pero..

La rutina le da seguridad pero la monotonía la aterra, necesita salir corriendo y sentir que sus alas siguen funcionando, quiere sentir que si se queda es porque quiere no porque debe.

Lo necesita, pero...

Necesita saber si el día que quiera partir, él hará algo para detenerla o la dejará ir sin piedad. No merece que la quiera consigo, pero igual tiene el derecho a desearlo. A veces quiere irse sólo para sentir cómo es la vida sin él, disfrutar su soledad, entonces él la sorprende con un abrazo apretado y ella siente que muere de amor, necesita eso como una droga.

Lo quiere, pero..

Hoy no se vio en el espejo, le molesta esos ojos increpando todo, ¿qué más da si es egoísta? Los días pasan y siente que aún falta algo, el tiempo se termina, lo dicen los surcos de su cara que cada mañana está más marchita y triste, el tiempo está escapando y no puede dejarlo ir sin haber sentido alguna vez, que es completamente amada por quien ella ama. Quiere ser feliz

Quisiera, pero..

Sus días están llenos de color, música, ideas, personajes temerarios, admirables, entrañables, graciosos y sensatos, aprende de todos, cada uno aporta un poco a su vida. No quiere detenerse a pensar que está bien o mal, le gusta ver y descubrir que su capacidad de sorprenderse no ha desaparecido, todavía le emociona una caída de sol y la lluvia le arranca un suspiro.

Pero..

Aquí están sin estar, él se va y ella no lo va a esperar, no hay  promesas y ya no cree en sus palabras, dejará que el tiempo termine aquello que ellos no pueden hacer, la distancia se encargará. Sin embargo, una acción suya sería suficiente para cambiarlo todo, aunque sabe que él no hará nada, necesita sentirse libre, quiere pero...

lunes, 4 de marzo de 2013

Adiós

Sus ojos son pequeños y cafés, cubiertos casi en su totalidad por los párpados, tienen una profundidad que la estremece; cuando la tristeza o la incertidumbre la atacan, acude a ellos y encuentra lo que necesita para seguir. Es su aire, su motor; No sabe cómo pasaron los años, cómo el mundo giró tantas veces hasta que en una de esas vueltas los volvió a poner frente a frente, pero esta vez no lo dejará ir, al menos eso quisiera..

Las cosas cambiaron, los sentimientos siguen ahí, creciendo todos los días, él lo sabe aunque nunca lo han hablado, ella está perdida en su mirada, ahí permanece siempre, está cerca por si sus ojos la buscan, siempre con un abrazo para los momentos donde su fuerza flaquea, con un beso listo para su boca, que la busca y siempre la encuentra.

Y de repente la vida vuelve a confabular, nuevamente están despidiéndose, haciendo maletas, recordando y tratando de analizar qué pasó, consolándose con la idea de haber dejado una huella en el otro. ¿Fui alguien en tu vida? es la gran pregunta que ella se hace en silencio a diario, teme mucho la respuesta por eso no se atreve a decirla en voz alta; "no sirve de nada lo bueno que se va, lo que se va siempre tiene un poco de malo, por eso termina alejándose"... se dice a si misma mientras seca sus lágrimas.

Siempre les apasionó la temporalidad en la que todo se ha dado y de repente se vuelve a dar, están llenos de despedidas y reencuentros. Se llenan de culpas, de preguntas sin respuestas, quieren y no se puede; tal vez él no quiere tanto y ella perdió la ilusión, dejó de insistir.

A ella le encantan sus canas, sus arrugas, le gusta ver el paso del tiempo en él, porque es su espejo, ella también cambió. Tantas veces fue detrás de él sólo por el placer de verlo andar con esa forma tan suya que la derrite, sin embargo ahora lo ve andar y sabe que no hay regreso, no lo seguirá. Se queda con lo mejor, con las risas, con los paseos tomados de la mano, pero aumenta la estadística. Así lo decidió él y ella es incapaz de cuestionarlo, prefiere el silencio, no hay otra opción.