Estoy enamorado de Paula, estaba buscando algo sin saber exactamente qué era hasta que encontré sus ojos y me perdí en ese mar insondable del que no puedo ni quiero salir; Aunque muchas veces, me he distraído viendo gaviotas siempre he vuelto a su mar.
Es un amor que crece y muere con los años, que se envicia y purifica, pero aquí vamos, yo tratando de ser digno de ella y ella entendiendo mis debilidades y pecados.
Iba un día hablando con todos, escuchando a nadie y de repente la vi.. ahí estaba Ella, en medio de todo, sobresalía su belleza, su sonrisa, sus ojos que me habían encontrado y creo que me dejé encontrar.
Ella es un remolino, un intenso vorágine de emociones y sentimientos, me hace sentir vivo, me devolvió la risa y me hace intentar ser mejor persona, pero sabemos bien que la gente es lo que es y no hay cambios ni mejoras. Le muestro lo mejor de mi y trato de ser equitativo con Paula también.
Paula llora y yo lloro con ella, la conforto, le renuevo mis promesas añejas de un caminar hasta la eternidad, creo firmemente que lo cumpliré y entonces pienso en Ella, la idea que sufra me aniquila el corazón, pero la vida no es fácil y hay cosas que debe entender si quiere estar a mi lado, así sea a medio tiempo. Le hablo de un futuro que no sé si pueda cumplir, pero me gusta como suena, la vida es tan corta y yo tengo ganas de tenerlo todo, Ella me recuerda que debo elegir.
Las decisiones son tediosas, implica desprenderse de algo a cambio de algo más que dolerá al principio, porque vino como resultado de una pérdida. Entonces me encuentro justo aquí, con mi vida dando vueltas y pensando si es mejor despedir a Ella, pedirle que me deje volar solo y seguir en el mar plácido de Paula, donde puedo perderme en alguna gaviota, sin rendir mayor explicación que un fuerte abrazo que borra todos mis pecados.
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