domingo, 19 de octubre de 2014

Algún día, alguna vez

Algún día, alguna vez, todos se irán. Algún día, todos empacarán sus maletas cargadas de sueños y yo los despediré rezando para que se cumplan todos. 

Alguna día, mi casa estará limpia en todos los rincones, ordenada y vacía, esperando con ansias que ellos regresen para llenarla nuevamente de color, ruido y vida.

Alguna día, podré caminar descalza sin enterrarme en el pie, un zapato de tacón de la Barbie, ni tendré que pasar muchos minutos buscando y analizando en la sala de televisión, cuál pudo ser esta vez, el escondite del control remoto. (El último que lo tiene, lo esconde para adelantarse a los otros y poder empezar a ver el programa de su preferencia al día siguiente)

Algún día, tendré las uñas perfectamente pintadas, ya no tendré que usar quita esmaltes para sacar la pintura de uñas pegada en el piso, luego de una sesión de peluquería casera o de jugar a la clase de pintura creativa y libre.

Algún día, podré dormir toda la noche sin que nadie me despierte para que le lleve un vaso de agua o le prepare una "tetita de leche" a las tres de la mañana.

Algún día, podré disponer de mis noches sin antes averiguar si hay una fiesta  a la que deberé llevar y recoger.

Algún día, nadie me regalará un dibujo diciéndome que me ama.

Algún día, nadie me regalará una flor del jardín junto a algo que todos dirán, es maleza y para nosotros es un mini árbol.

Algún día, nadie me dirá que sólo mis besos pueden curar el dolor de un pinchazo.

Algún día, alguna vez, todos se irán y yo tendré tanto tiempo que no sabré que hacer con él.

-Mami, ¿ya terminas de escribir? No encuentro la blusa para el pantalón que escogí para salir.

-Sí, ya subo.

Algún día, podré salir de noche, sin recibir la llamada de uno de ellos o de todos a la vez, preguntándome si ya regreso porque van a dar una película increíble y quieren verla conmigo o simplemente para decirme que no me demore porque me extrañan.

Algún día, alguna vez, podré escribir y leer todo lo que ahora dejo pendiente y busco la madrugada para poder terminar.

-Mamiii, ¿Cuando termines puedes venir para que me hagas una trenza como la de Barbie?

-Sí, ya subo

Apago todo y subo, busco la blusa para la mayor, que como siempre está colgada en su closet, pero ella está demasiado apurada por vivir y nunca repara en los detalles, luego le confirmo al otro, que ya mismo me siento junto a él para ver jugar al Barza y mientras entrelazo el pelo de la más chica, tratando de hacer una trenza francesa igualita a la de Barbie, agradezco que ese día, esa vez, aún no llega.




1 comentario:

  1. Totalmente identificada, el mismo temor. Hermosa manera de expresarlo. Cómo siempre impecable mi Verito!

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