sábado, 14 de septiembre de 2013

Siempre juntos


Caterine llega temprano a casa luego de una intensa jornada laboral, sueña con descalzarse y tomar un largo baño en su tina con mucha espuma y agua caliente. Aparca frente a su casa y le sorprende ver un biplaza rojo afuera, piensa que tal vez es alguien que visita a uno de sus vecinos pues nunca antes había visto ese auto por el barrio, antes de entrar, revisa que las plantas que adornan la entrada estén bien regadas, están empezando a florecer unas ixoras color morado preciosas, así que contenta con sus plantas, cruza la puerta principal, camina por un pequeño camino, sube dos escalones y entra a su casa.

Desde la entrada se puede apreciar la sala con un gran ventanal que permite la visión completa de un patio con una galería acogedora, testigo de las reuniones semanales que ella junto a Jorge ofrecen todos los fines de semana para amigos y familiares. Luego de la galería está una piscina grande con un cómodo jacuzzi y finalmente una parrilla que se convierte en el centro de conversación de cada reunión. Llevan una vida social muy agitada debido a sus profesiones. Jorge y ella ocupan cargos importantes en sus respectivas empresas de labores. Él es vicepresidente de uno de los bancos más importantes de la ciudad y ella la gerente administrativa de una cadena internacional de hoteles. Caterine no es bonita pero tiene una sonrisa que encanta y alegra un poco sus ojos grandes y tristes como punto central de una cara redonda, aunque a veces sus ojos la traicionan y develan un halo de tristeza producto de la vida que junto a Jorge a llevado, gracias a muchos años de infidelidades que luego son compensados con viajes, joyas y promesas de que no volverá a suceder.
Parada desde la entrada haciendo una visión panorámica de su casa se siente satisfecha, tiene lo que soñaba cuando era niña, al menos a nivel material, gira a su izquierda y empieza a subir una escalera de caracol hecha de cemento blanco como la mayoría de las paredes de su casa, del lado izquierdo de la pared hay innumerables figuras religiosas, crucifijos, santos, vírgenes y demás imágenes que le dan fuerza para seguir aguantando "su cruz". En el camino se ha descalzado y sube despacio y cansada, casi puede sentir las burbujas en su piel sólo de imaginarse aquel baño esperado y de repente algo la distrae de sus pensamientos, las últimas imágenes de la pared están movidas y un crucifijo en el piso, se sorprende y agacha para recogerlos y ponerlos en su sitio. Termina de subir gira a la izquierda y avanza por un corto pasillo hasta llegar a la puerta de su dormitorio extrañamente cerrado.

Su corazón empieza a latir con mucha fuerza, se llena de temores y camina casi en puntillas hasta hacer girar lentamente la cerradura y abrir la puerta sólo un poco, casi asomando sólo la nariz apunta el teléfono, toma una foto y cierra la puerta en silencio. Sus latidos golpean tan fuerte que siente que le van a estallar las venas del cuello, pero aún así regresa sobre sus pasos, baja la escalera casi sin respirar sale de su casa y sube a su auto. Lo arranca despacio y se aparca cerca de un parque para tomar un respiro y revisar la foto.

Es una foto malvada, están a contraluz pero claramente se ve la figura de Jorge, hermoso como un dios, con sus músculos totalmente dibujados por el trabajo que realiza, apoyándose sobre sus dos manos mientras esa mujer desconocida le tiene las piernas cruzadas en su espalda, parece foto artística: dos cuerpos perfectamente tonificados y marcando músculo en brazos y muslos, pero lo que más le llama la atención son sus rostros, los dos tienen la mirada clavada en el otro con una expresión que nunca antes había visto en Jorge y le enfurece que él la tenga con otra. Se lanza a llorar sobre el volante un largo rato, hace un recordatorio mental de todas las veces que lo ha encontrado teniendo un affair y una vez encarado, él lo reconoce, desprecia a la mujer de turno en su presencia, le pide perdón y todo regresa a la calma; pero esta es la primera vez que lo descubre en su casa y en su cama. Revisa el teléfono y no hay llamadas ni mensajes de Jorge, está segura que ni notó que ella estuvo ahí presenciando su momento de entrega y placer.

Decide ir e imprimir esa foto, tener una prueba más que sumará al folder que tiene lleno de mails escrito por Jorge a otras mujeres con descripciones sexuales explícitas, vouchers de moteles y temas varios de la misma naturaleza que ha ido descubriendo a lo largo del tiempo y se han convertido en su colección personal con la idea de chantajearlo con un abandono escandaloso que jamás se dará. La verdad es que ella no puede vivir sin él, lo necesita, necesita verlo dormir a su lado todas las noches, sentir su respiración en la madrugada y verlo sonreír. Hace la diligencia, va a un lugar de fotocopiado, imprime varias copias y las guarda en un sobre color manila.

Llega a su casa y ya el biplaza no está, se aparca y baja del auto, abre las puertas y entra a su casa; siente que las piernas le tiemblan pero debe mostrar naturalidad, sube las escaleras y escucha el ruido de la televisión encendida en el dormitorio. Entra y lo ve acostado en calzoncillo y camiseta de muy buen humor, la saluda cariñoso y ella corresponde de la misma manera. Avanza hacia el baño y luego al walking closet donde en el último cajón tiene escondido el folder con todas las pruebas que jamás utilizará pero con las que siempre lo amenazará. Se cambia de ropa por una pijama cómoda, se saca el maquillaje y sale del baño hacia la cama.

Se acuesta junto a él y le pregunta: -me amas?  -pero por supuesto vida, nunca lo dudes. -estaremos siempre juntos? -siempre, baby. Luego la rodea con sus brazos pegándola a su pecho y eso es todo lo que ella necesita saber, esa foto y esa imagen, se quedaron guardadas en el folder para siempre.




 
 
 

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