lunes, 13 de noviembre de 2017

Prepara...té

Hundo la bolsita de té artesanal en mi taza con agua hirviendo, mientras te veo dormir a mi lado. Estás girado hacia mí, y con la boca arrugada como en un beso de los que ya dejaste de darme hace mucho tiempo. Tal vez, imaginas a la nueva dueña de tus labios, o quizá, sólo sueñas recuerdos de cuando te encierras en el motelucho de siempre, con alguna de tus novias aleatorias. Ya no importa. Ya dejó de importarme.

¿Qué harías si te dijera que te he seguido? ¿Qué cara pondrías si superias que más de una vez caminé detrás de ti por las calles secundarias a una cuadra de distancia y te vi entrar, para luego verlas a ellas, aunque en distinto orden, dependiendo del día? ¿Te digo algo? Creo que te he marcado, hay algunas que se parecen mucho a mí, otras tienen mi estilo de vestir, mi color de pelo, o peinado. Me buscas en ellas, sin embargo, no puedes quedarte sólo conmigo.

Y es que me cansé de llorar, atragantarme palabras, para luego escupir resentimientos en charlas aburridas, reiteradas e infructíferas. Doy un sorbo al té, pero sabe horrible, es realmente amargo, como han sido estos años contigo. No sé cuándo se nos terminaron las palabras, y nos mató la rutina, pero pasó.

Me detengo un rato sólo a admirarte. Tu piel brilla en dorado con el reflejo de la luz, todavía eres atractivo. Espalda ancha, pecho y brazos fornidos, piernas torneadas y fuertes de jugar fútbol todas las semanas con tus amigos, o de cargar mujeres contra la pared mientras tienen sexo, como alguna vez hiciste conmigo, eso tampoco importa ahora.

Irónicamente, la ira tiene su encanto. Permite que todo lo que callamos debido a que es políticamente incorrecto salga a flote, y podamos conocernos sin máscaras. No soy feliz ¿Sabes? Hace mucho que no me haces feliz desde ningún escenario. No eres apoyo emocional, económico, ni siquiera me sirves en la cama, porque déjame decirte, que entrar medio segundo para acabar aparatosamente, y brincar como resorte a bañarte, no es satisfactorio ni en la peor, y más barata de las películas porno. Imagino que con tus novias de motel harás un mejor papel, porque fácil te quedas dos horas en cada tarde que destinas a esos encuentros. Alguna vez, se me ocurrió esperarte en los muebles del recibidor de tu motel favorito sólo para ver tu cara desencajarse, y escuchar alguna mentira estúpida, pero recordé que cuando te sientes descubierto gritas, insultas, gesticulas, caminas en círculos, y haces todo un berrinche; así que preferí abstenerme del mal rato, si después de todo, no te iba a dejar, aún. 

Doy otro sorbo más y el sabor no mejora, está realmente asqueroso. Malditos muertos de hambre que me regalaron esta porquería como "cortesía", después de que les hiciera el pago, y bastante caro que me salió. Miro el reloj, falta poco, ya deben estar afuera.

- Cariño, despierta, recuerda tu reunión

- Cierto, gracias mi negra, ¿qué haría sin ti?

Te veo caminar desnudo para arreglarte y volver a salir, sé perfectamente a dónde vas, y a quién verás. Sigo en la cama; pasas delante de mí, eligiendo la camisa, el pantalón, la corbata.

- Negra, ¿La roja o la morada?

- La morada, cielo.

Te pones el perfume que detesto, pero estoy segura de que ella lo adora.

- Negra, me voy a tardar, tú sabes que odio ir a estos cócteles de noche, y peor sin tí, pero ya ves, así toca a veces. Trataré de salir antes.

- No te preocupes cariño, dormiré temprano.

Me besas en la frente y te vas. Espero que los muertos de hambre, sepan matarte, mucho mejor de lo que preparan té.




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